Columna de opinión por Paula Jofré.
La frustración y confusión son emociones recurrentes para los equipos científicos que buscamos fondos de investigación. A menudo, las ideas propuestas no son consideradas las mejores por los comités evaluadores. Sin fondos, avanzar en la investigación y resolver problemas se vuelve difícil. A pesar de esto, persistimos, aprendemos de experiencias pasadas y mejoramos las propuestas.
Obtener los ansiados fondos genera éxtasis y felicidad, la validación del trabajo es emocionante. Así me sentí al recibir la noticia de que el Núcleo Milenio ERIS fue seleccionado. Nuestro proyecto busca estudiar la evolución de galaxias mediante biología evolutiva. Queremos establecer un nuevo campo de investigación y hemos formado un equipo diverso. Aunque hay incertidumbre, estamos emocionados por trabajar en esta idea transformadora.
Pero luego viene el vértigo. Debemos trabajar arduamente en la idea propuesta. Esto requiere tiempo que debemos encajar en una agenda apretada. Nos organizamos para cumplir las expectativas del Núcleo Milenio: plan de proyectos, reclutar estudiantes, contratar investigadores, establecer infraestructuras y diseñar programas de capacitación y divulgación.
A medida que avanzamos, experimentamos agobio y satisfacción. El agobio surge de que las semanas pasan y uno siente que se avanza poco. La satisfacción surge cuando vamos viendo resultados. Desde el principio, nos planteamos cómo involucrarnos con la sociedad. Muchas de nosotras, como madres, postulamos durante la pandemia. Esto nos motivó a dedicarnos a los niños y llenar el vacío educativo que experimentamos.
Con Sense Contents, desarrollamos el programa Gen Universal, que trabaja con niños de diferentes escuelas. Queremos inculcar la importancia de la ciencia, fomentar el pensamiento crítico y ayudar a filtrar información falsa. Hemos asesorado a profesores, producido guías y creado material lúdico. Poco a poco, vemos cómo profesores y estudiantes se identifican con ser parte de esta red. Con más confianza, abordamos temas complejos como la frustración y la motivación.
Me emociona volver a las escuelas y ver a los niños crecer. Me ilusiona pensar en su futuro y en el impacto positivo que podemos tener. Queremos que aprecien todas las disciplinas científicas. La ciencia no es solo para «los más inteligentes» y el error es parte del proceso. Este proyecto también me recuerda que las cosas se logran con persistencia y pasión.